París, mitad divina, mitad humana
Entre lo divino y lo humano se encuentra una ciudad a la vez romántica y canalla, burguesa y atrevida, tradicional y vanguardista. Así es París. Pionera por su alumbrado urbano, la ciudad de las contradicciones fue llamada la ciudad de la luz a pesar de su clima lloroso y gris en invierno, pero austero y fresco en verano. Sentimental de día, traidora de noche, sus calles comienzan el día oliendo a croissant recién hecho y se duermen con olor de tienda de especias.